.
La calle
donde encontré mi casa
donde solté la piedra
que llevaba en la mano...
¿Dónde estará el mercurio de todos los termómetros que he roto?
¿Dónde estará la tuerca que no encajaba en nada?
¿Dónde aquellas canicas que me metí en la boca?
Mis tizas de colores, mis calcetines verdes,
mi pentagrama limpio, mi cenicero blanco...
Está todo aquí...
...pero dónde…
¿En este rinconcito absurdo donde escribo?
¿En este cuerpo que cada letra empuja?
¿En esta pieza que cada libro mueve?
¿En estos folios que sujeto temblando?
Felipe B.
AGENDA / CONVOCATORIAS / NOTICIAS
PRÓXIMAS PEGADAS Y EVENTOS
lunes, 20 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Felipe, qué hermoso poema. Me quedo con un verso: ¿Dónde estará el mercurio de todos los termómetros que he roto? La verdad es que para mí romper un termómetro era una fiesta, me permitía recoger las gotitas, que me fascinaban, un símbolo perfecto de los placeres de la infancia.
Muchas gracias Elisa. Veo que no soy el único fascinado con el mercurio... y con la infancia... llegaste a tragárte alguna bolita? Yo creo que si... :S :D Pero sobre todo lo guardaba en una cajita y lo movia y lo sobaba... Un abrazo.
Publicar un comentario