Lamentablemente la teoría
no tiene mucho que ver
con la práctica.
Como cuando aún siendo niño,
se amasan fielmente
todos los colores de la plastilina
en busca del blanco.
Qué difícil al no ser
ni niño, ni hombre
encontrar una cazadora
estridente, que esconda el gris.
Más adelante se persevera
se vence el dolor cromático
y se amasan pequeñas,
diminutas fortunas. Gris.
Amasando con este artilúgico
aparato las palabras,
las letras no hacen sonar
el blanco en tus labios.
Huyendo del gris
me encontré amasando
tus muslos.
Y sucedió
encontré un espacio de blanco.
4 comentarios:
El frescor del río en verano te ube la libido querido miguel... ;)
Te sube ;)
Felipe.
jijiji si, lo jugos apetemcales jeje
Jajajajajaja fff
Publicar un comentario