Crónica Magenta

Mi relación con el dinero no fue singular
fue más bien vulgar, manoseada.
Adoración.

El primer billete que tuve en mis manos
fue un pequeño billete color magenta de cinco bolívares.
Adoración.

Magentuoso regalo, compré una empanada de dominó, una chicha, un cigarro
¡Y aún me sobraron monedas! escala cromática de placer
Adoración.

A partir de entonces sólo traduje el mundo en bolívares y
qué afortunado si algún día traducía mi relación con el espacio en dólares.
Adoración.

Más tarde pensé en euros.
Uno con cincuenta, ciento veinte, mil quinientos.
Adoración.

Pensaba en euros, en bolívares
y al cambio mi sueldo mínimo “coño tengo millones de bolívares”.
Adoración.

Euros manoseados, perfume de euro nuevecito
manos que huelen a euros, pocos euros (millones de bolívares)
Adoración.

Reyes, dioses, monumentos en mis manos
sonrisa de fajos al ver una máquina contando billetes.
Adoración.

Una cifra en mi cabeza: Ciento cuarenta y cinco mil euros
a golpe de pedal: ojos grandes como un billete extendido
Adoración.

Latido metálico, me pone a cien a cien mil
"amor me han subido el sueldo, hagamos el amor"
Adoración.

Calienta el dinero mis manos, amanece en occidente
y tengo un par de euros en el bolsillo ¿cómo no tener fe?
Adoración.

Sol, soles en el Perú.
que hermoso nombre para una moneda.
que acertado nombre para una moneda.