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jueves, 24 de diciembre de 2009

Ser síntoma sin tomárselo a pecho


La genialidad nace de las cosas más simples. Este montaje está en el museo de las comunicaciones de Frankfurt. El artista se llama Jean-Luc Cornec. Como ves están hechas de teléfonos y cables de teléfono. Genial el detalle de las patas.


Ignacio Algarín


SER SÍNTOMA SIN TOMÁRSELO A PECHO


Mantengo las patas bien firmes sobre la tierra y sólo puedo ver el suelo. Media docena de compañeras intentan mantener el equilibrio encima de mí. Me siento fuerte, muy fuerte, soy la base. Soy la única oveja macho. Hemos hecho una torre ovejera para salir en un sueño en el que estoy pero no se me ve. Estamos todas sin esquilar, somos enormes bolas de salvaje y tersa lana apuntando al cielo en un esfuerzo común. No sé qué pretendemos alcanzar exactamente pero al estar aburridas hemos inventado este juego y yo me ofrezco el primero sin dudar un instante. No obstante, nunca pensé que ser el primero pudiera significar ser el último. Estamos esperando algo. Parece que los hombres han dejado de contarnos y se han dormido -qué tonterías inventan a veces los humanos- y nos quedamos correteando por un prado, sin vallas que saltar. Tal vez estemos en un sueño. Mantenemos en pie el castillo ovejuno y me alegro de estar aquí cuando de repente noto un nuevo peso que cae de golpe sobre nosotras. Siento la carga invasora como algo familiar, como si esa carga fuera yo mismo. Y aun así aguanto, es una lucha. Mis compañeras me dicen que quien ha venido a jugar con nosotros es un humano que pretende no saber quién soy y dónde estoy. Pero él lo sabe. Él sabe que le aguanto y que sin mí ni podría sentir esa ternura. Él quiere tumbarse sobre nuestras nubes de lana pero pretende desconocer quién las sostiene. Y ése soy yo, el que sufre y no se deja gozar. Tal vez las ovejas hemos venido a contar humanos al umbral de este sueño y uno de ellos ha venido a caer aquí conmigo. Si se diera cuenta y bajara a ayudarme sería maravilloso, entonces las ovejas no seríamos más los borregos de la conciencia de los hombres.


Felipe B.

1 comentario:

an dijo...

genial instalación telefónica... tan alienante un ring ring que un beee beee o un bep bep bep.